Tattoo: The Art
By Community Blog Contributor: Hedy Law
My Alexander Technique teacher, who has taught the art of mindful bodily movement for more than four decades, told me recently that about 70% of her students have tattoos. “A new trend,” she noted.
I am always intrigued by tattoos—not the body art per se, but the relation between the tattoos and those who wear them. Who would want to have indelible drawings of shapes, images, characters, phrases, dates, symbols, icons, names, or mathematical formulas punctured into the skin on their bodies? What events would compel a person to get a permanent mark on their body despite physical pain?
Almost all tattoos are intended to be seen. Most are made on the visible parts of the body—face, neck, sometimes back—that are eye-catching and draw attention from others. Some tattoos are created in obscure locations—on ankles, wrists, fingers, toes—that make the tattoo-wearers the primary group of viewers. The tattoos along collar-lines, waistlines, bikini lines, bra lines, briefs lines, sleeve lines, or shorts lines draw attention to the boundaries of semi-covered body parts. Others are visible only to those who have access to the private parts of their bodies. But all tattoos expose specific body parts by highlighting them. They make viewers want to see them up close, study them, ask questions about them, and get to know the people who wear them. They are gateways to the formation of friendships and close relationships.
Tattoo artist Yax Montaño shares her experiences of imprinting art on her clients’ bodies. She never mentions the physical pain they feel while being tattooed. But she does mention the sense of accomplishment she feels when she sees them wearing the tattoos she inked into their skins. It is her clients who transport her art, using it to disclose facets of their hidden selves, putting significant bits of themselves on display.
In multiple ways, tattoo body art is life-giving. Yax needs her clients to support her life, and her clients bring her artistry to life. Tattoo artists facilitate a process of externalizing something internal, giving visible shape to something buried, inchoate, invisible, immaterial.
In Yax’s case, an uncommon client is especially life-giving. By choosing to display tattoos that express Yax’s own, private feelings, she uses parts of Yax’s inner self to resonate with her inner self. The tattoo on her arm represents the expressions of both individuals and bridges the gap between two strangers. Through the tattoo, the artist’s feelings pain her client’s body. This inter-corporeal type of pain transmutes an emotional pain into a physical pain, creating a shared type of pain between bodies. As a tattoo links bodies through transmuting pain, tattoo body art, in its ultra-intimate form, becomes an interbody art.
Tatuaje: El Arte
Por contribuidor al blog comunitario: Hedy Law
Mi instuctorx de la técnica de Alexander, que lleva más de cuatro décadas enseñando el arte del movimiento corporal consciente, me comentó hace poco que alrededor de 70% de sus estudiantes tienen tatuajes. “una nueva moda,” observó.
Siempre me intrigan los tatuajes– no el arte corporal de por sí, más bien la relación entre los tatuajes y lxs que los llevan. ¿Quién quisiera tener dibujos imborrables de formas, imágenes, personajes, frases, fechas, símbolos, íconos, nombres o fórmulas matemáticas perforados en la piel de sus cuerpos? ¿Cuáles eventos obligarían a unx a hacerse una marca permanente en su cuerpo a pesar del dolor físico?
Se hacen casi todos los tatuajes con la intención de que sean vistos. La mayoría están en partes visibles del cuerpo– la cara, el cuello, a veces la espalda, que son llamativas y quitan la mirada de otras partes. Algunos tatuajes están hechos en ubicaciones más escondidas– tobillos, muñecas, dedos– que hacen que lxs que llevan los tatuajes sean el grupo principal que los vean. Los tatuajes que están ubicados sobre las orillas del collar, la cintura, el bikini, la brasier, los calzones, las mangas, o los pantalones cortos llaman la atención a los límites de las partes del cuerpo media-tapadas. Otros solo son visibles a lxs que tienen acceso a las partes privadas del cuerpo del usuario. Pero todos los tatuajes exponen partes específicas del cuerpo al destacarlas.Dan ganas a lxs que los vean de verlos más de cerca, de estudiarlos, y de conocer a la persona que los lleva. Son una puerta a la formación de amistades y relaciones cercanas.
Tatuadora Yax Montaño comparta sus experiencias de estampar su arte en los cuerpos de sus clientes. Nunca menciona el dolor físico que sienten mientras que lxs tatua. Pero sí menciona la sensación de cumplimiento cuando vea a lxs clientes con los tatuajes que ella tatuó en sus pieles. Son sus clientes que transportan su arte, que le utilizan para divulgar aspectos de sus seres ocultos, poniendo partes de ellxs mismxs significantes en exhibición.
De maneras múltiples, el arte corporal de tatuaje es algo que da vida. Yax necesita sus clientes para apoyarla en ganar la vida, y sus clientes traen vida a su arte. Lxs tatuadores facilitan un proceso de externalizar algo interno, dando una forma visible a algo enterrado, embrional, invisible, inconcreto.
En el caso de Yax, una cliente excepcional en especial brinda mucho apoyo a su arte. Al elegir tatuarse con imágenes que expresan los propios sentimientos privados de Yax, utiliza partes del ser interior de Yax para tener resonancias con su propio ser interior. El tatuaje que lleva en su brazo representa las expresiones de ambas individuales y acorta la distancia entre dos desconocidos. A través de ese tatuaje, los sentimientos de la tatuadora causan dolor al cuerpo de la cliente. Este tipo de dolor intercorporal transmuta un dolor emocional a un dolor físico, creando un tipo de dolor compartido entre cuerpos. Como un tatuaje conecta los cuerpos al transmutar dolor, el arte corporal del tatuaje, en su forma más íntima se convierte en un arte intercorporal.